Stephen King es casi que mundialmente conocido como el “rey
del terror”, sin embargo, luego de leer por completo una de sus obras más conocidas,
yo lo llamaría el “rey del desarrollo de personajes”.
Aunque en su sinopsis o resumen siempre se hable de “It –
Eso” como la historia de un payaso aterrador que se alimentaba de niños, en
realidad el componente de terror y lo sobrenatural de esta novela es un aspecto
algo secundario. “It-Eso”, efectivamente nos cuenta sobre “eso”, un ser
sobrenatural que puede tomar cualquier forma. Este monstruo/demonio llegó del
espacio exterior y se ha refugiado desde hace miles de años en el mismo lugar (Derry,
Estados Unidos). Durante todo ese tiempo ha estado alimentándose principalmente
de niños y entrando en estado de hibernación de forma cíclica.
Pero “eso” es un personaje ligeramente secundario, porque lo
que realmente nos cuenta el libro es la historia de un club de niños conocidos como
“Los Perdedores”. Siete niños que enfrentarán a sus familiares, amigos, a sus compañeros
de escuela y un montón de situaciones que nada o poco tienen que ver con “eso”.
Sin embargo, son precisamente estos relatos y el increíble desarrollo de
personajes lo que convierte a “It-Eso” de Stephen King en una gran historia.
Este es uno de los libros más extensos que he leído, sin
embargo sus 1.400 páginas se leen prácticamente en nada, y esto gracias a algo
muy propio de la novela: La forma en la cual está contada. El libro está
narrado en tercera persona en su mayoría, con algunos capítulos narrados en
primera persona por uno de los siete “perdedores”; pero lo más destacable es
como King juega de forma magistral con los tiempos en los cuales transcurren los
hechos, uniendo momentos del pasado (cuando los “perdedores” son niños) con
momentos más actuales (cuando los perdedores son adultos). La historia está
contada de esta forma ya que los eventos ocurridos durante la infancia/adolescencia
de los personajes repercuten de forma importante en sus vidas adultas.
Todo lo que ocurre en la novela está narrado por King según la
experiencia de ese hecho sobre uno o varios personajes, con lo cual consigue
que realmente enganche y crea además una grata sensación de credibilidad aunque
todo no sea más que ficción.
Pese a que podría seguir escribiendo y detallando aspectos
positivos de esta obra, King deja al final pequeños y no muy relevantes cabos
sueltos, además, la forma en la que los personajes enfrentan a “eso” no es del
todo convincente. Aspectos mínimos que en realidad no opacan la calidad
literaria de este impresionante libro.
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